Si tu vida no se encuentra donde tú esperabas estar en este momento, hay unas cuantas razones que pueden explicar el por qué de tu situación.
Quizás sientas que has fracasado en todo lo que has hecho hasta ahora y que todo en la vida te sale mal. Pero tú puedes arreglarlo y ser exitoso a partir de ahora si aceptas que hay cosas que no haces bien y estás dispuesto a trabajar en ellas.
Hoy vamos a explorar juntos algunos de los motivos más importantes por los que quizás te están impidiendo alcanzar tus metas.
Una vez que hayas descubierto cuáles son tus puntos débiles, podrás comenzar a trabajar en ellos y pasar a la acción para cambiar tu vida y hacerla mejor.
¿No te has enfrentado a tu mayor miedo?
Todos tenemos un miedo que domina nuestras vidas; para algunos es probar cosas nuevas, salir de nuestra zona de confort, o tener miedo a fracasar.
Para otros su mayor miedo es relacionarse con personas nuevas, aprender una nueva habilidad, o incluso el temor a no saber hacer algo bien.
Tú ya sabes qué es lo que más te asusta hacer en la vida. Pero si no tomas la decisión de enfrentarte a ese miedo, nunca tendrás éxito al nivel que quieres o te gustaría.
Y la razón es simple: seguramente ese temor es el que te ha estado frenando durante todos estos años, y el culpable de que no hayas alcanzado los objetivos que tanto deseabas.
Así que pégale bien fuerte a ese miedo, empieza a dar pequeños pasos HOY para superarlo, y verás como los obstáculos que hasta ahora te impedían llegar más lejos empiezan a derrumbarse a tu paso.
¡Tú puedes hacerlo! Tienes el coraje y la fuerza suficientes para enfrentarte a cualquier cosa en esta vida.
¿No te motiva NADA de lo que haces?
Si en tu vida no hay nada ni nadie que te motive o te inspire tan sólo un poquito, entonces tienes un problema…
Todos necesitamos algo que nos emocione, que nos haga recorrer un escalofrío por la espalda y nos dé la motivación que necesitamos.
Y todos tenemos eso que nos emociona y hace que nuestro corazón vaya más rápido cuando pensamos en ello. El problema es que muchas veces no nos paramos a buscar qué es eso que tanto nos motiva.
Quizás ahora mismo estés pensando “a mí no hay nada que me inspire, ni me motive, ni me guste”, pero no es verdad.
Lo que te pasa es que nunca te has parado a pensar qué es lo que te apasiona, o con qué disfrutas tus momentos más felices.
Por eso debes hacer el siguiente ejercicio: siéntate en un sitio tranquilo con un papel y un lápiz, piensa en todas aquellas cosas que podrías estar haciendo durante horas sin aburrirte, y escríbelas.
Si te sientes desmotivado, puede que los primeros 5 o 10 minutos no se te ocurra nada o te cueste un poco pensar en qué te hace feliz.
Pero no te rindas: esfuérzate por encontrar esa actividad o ese propósito que realmente te llena.
Si se te hace muy difícil encontrar algo que te inspire, sal a la calle y no dejes de probar cosas nuevas hasta que des con ello.
¿Dejas que las fuerzas externas te controlen?
¿Tu jefe te dice lo que debes hacer cada día? ¿Tu vida está controlada por las facturas que tienes que pagar cada mes? ¿No te atreves a hacer ciertas cosas porque temes que otros te juzguen o te critiquen?
Todos esos factores externos son los responsables de que hayas fracasado hasta ahora porque has dejado que sean ellos los que controlen tu vida.
Si dejas que otras personas u otras cosas te digan lo que es importante para ti, nunca podrás alcanzar el verdadero éxito que TÚ quieres.
Todos tenemos facturas que debemos pagar, personas en nuestras vidas que nos critican porque no les gustan lo que hacemos, cómo actuamos, o incluso cómo nos vestimos…
Pero no debes dejar que eso tome totalmente el control de tu vida.
No hagas caso a quienes hablen mal sobre ti: seguramente te tienen envidia porque tú has sido valiente para hacer algo que ellos no se atreven.
Y si tu jefe o tus facturas te agobian, busca modos de solucionar esa situación como buscando otro empleo, hablando con él, o recortando gastos y ahorrando una parte de tu sueldo mayor.
¿Caes en la tentación con demasiada facilidad ?
¿Eres una de esas personas que cada vez que algo va mal, sale a comprarse algo para tener un poco más de alegría?
¿O de los que cuando hay un problema prefiere quedarse en casa, comiendo pizza y viendo la tele, o no levantarse de la cama?
Deja ya de caer en esas tentaciones todo el tiempo y empieza a tener un poco de disciplina contigo mismo.
No puedes tener la vida de un millonario o de una persona exitosa si siempre dejas que esos pequeños placeres te alejen de tu verdadero objetivo.
Tu mente es especialista en engañarte tentándote con cosas que en realidad no necesitas y que no te hacen ningún bien. Por eso debes darte cuenta de esos trucos y aprender a decir no cuando esos pensamientos se te presenten.
Esta es la única manera de aprovechar de verdad el tiempo que tienes, hacer cosas valiosas, y llegar hasta la meta que te has propuesto.
¿Escuchas a cualquiera que tenga una opinión?
Un amigo mío una vez me dijo: Las opiniones son como los ombligos, todo el mundo tiene una.
Y mi amigo tiene mucha razón: todos tenemos una opinión sobre cada tema o cada cosa. Pero eso no significa que todos los comentarios que nos hacen sean buenos.
La gente siempre te dirá lo que ellos creen que debes hacer, decir, o cómo comportarte. Pero ellos no son tú.
Sí, es bueno que les escuches y tomes los consejos que te dan; pero eres tú quien debe tomar tus propias decisiones y no depender de otros cuando te digan qué es mejor para ti.
¿Eres demasiado flojo?
Levantarte de la cama cada mañana o quedarte en ella hasta tarde es la primera señal que te dirá si en realidad estás dispuesto a ser exitoso, o prefieres seguir siendo un fracasado que nunca conseguirá nada en la vida.
Pasar a la acción es lo más importante para triunfar y tener éxito.
Si no eres capaz de despertarte para empezar a hacer cosas que te conduzcan hasta donde tú quieres, entonces nunca llegarás a ningún sitio.
Levanta el culo del sofá o de la silla y empieza a trabajar por lo que deseas. Es hora de esforzarte 5 veces más de lo que estabas haciendo hasta ahora para poder encontrar algo que te motive y te ayude a lograr tus objetivos.
¿Tu habitación es una pocilga?
No, yo no soy tu madre intentando decirte cómo debes vivir tu vida. Pero mantener tu habitación limpia y ordenada es lo que te ayudará a mantener el control de las cosas y tener tu mente clara y organizada.
Piénsalo bien: en tu cuarto es donde probablemente tengas la mayoría de ideas sobre cosas que quieres hacer. Y quizás sea donde trabajes para cumplir esas metas que te has propuesto.
Y te será muy difícil trabajar si tienes cosas por aquí y por allá tiradas, desorganizadas, o sucias.
El éxito consiste en tener disciplina, y una habitación limpia es parte de ese régimen.
Así que recoge todo lo que tienes en tu cuarto y deja de vivir como si fueses un adolescente al que no le importa nada.
¿Humillas a los demás?
La cosa más fácil que hay en el mundo es criticar a los demás por lo que hacen. Si vas a cualquier partido de fútbol o de otro deporte, verás a muchísima gente gritándoles a los jugadores y diciéndoles lo malos que son en ese deporte.
Pero humillar o criticar a otros también es la forma más fácil de fracasar en la vida.
Olvídate de lo que hacen los demás y concéntrate en cómo tú puedes ser mejor en tu vida.
En vez de despreciar a otros y decirles lo horribles que son o lo mal que hacen algo, intenta darles inspiración y motivarles apreciando el trabajo que hacen.
Recuerda que los verdaderos ganadores en la vida son los que levantan a las personas, no los que las hunden.
¿Por qué te vistes así?
Quizás te parezca una tontería, pero tu forma de vestir y tu cuidado personal dicen mucho de la persona que eres, cómo te ven otros, y cómo afecta eso a tu mente.
Si tu barba está descuidada, si llevas el pelo enredado, y hueles como si acabases de salir de un cubo de basura, nadie va a tomarte en serio, ni siquiera tú mismo.
Enorgullécete de tu apariencia y no temas mostrar tu personalidad al mismo tiempo cuando te vistes.
Date cuenta de que cuando vistes bien y estás aseado, tú también te sentirás bien contigo mismo, y eso hará que tengas la motivación y las energías para ir a por todo lo que te propongas.
¿Te despiertas muy tarde?
Una de las cosas que las personas súper exitosas hacen es despertarse pronto cada mañana. Ninguna de ellas se levanta más tarde de las 7:30 en los días laborables.
Cuanto más pronto te despiertes, más rápido podrás empezar tu día, y más tiempo tendrás para hacer todas las cosas que quieres o necesitas.
Irte a dormir tarde, y luego despertarte también tarde, es lo que está matando tu éxito y haciéndote que seas un fracasado.
¿Nunca ayudas a otros?
¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por otra persona sin tener ningún motivo? Nunca triunfarás en la vida si no entiendes que dar es lo que realmente hace que el mundo funcione de manera positiva.
Cuanto más ayudes a otros, más conseguirás lo que tú quieres, y las probabilidades de que alguien también te ayude a conseguir el éxito serán más altas.
Ni siquiera necesitas tener una razón para hacer algo bonito por otra persona.
Sólo tienes que aprender a tomar hábitos positivos como ayudar a otros y ser generoso con los demás para empezar a ser un triunfador en tu vida.
¿Crees que ya eres exitoso?
Quizás seas una de esas personas que cree que ya es exitosa… Puede que delante de los demás enseñes el bonito coche que te compraste, o el lujoso reloj que te regalaron por tu cumpleaños hace unos meses.
Pero esas cosas no te hacen en realidad ser exitoso. De hecho, lo que te impide triunfar y ser feliz con tu éxito es pensar que ya has conseguido todo lo que querías en la vida.
No lo has hecho.
El éxito no es algo que se construye y, una vez terminado, no tienes que hacer nada más. Debes mantenerlo y fijar otras metas que te proporcionen un triunfo en otras áreas de tu vida.
Y tampoco pienses que eres un triunfador por tener más dinero que tu vecino o una casa mejor.
En realidad lo que da el éxito en la vida son las personas que te rodean, las experiencias que vives, y lo bien que te sientas contigo mismo.
Así que pon tu ego a un lado, porque todavía te queda un camino por aprender.
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